PEDRO ÁLVAREZ LATAS


Ayuntamiento y plaza de Sobradiel. Foto: Gerardo Sancho AMZ
PEDRO ÁLVAREZ LATAS

Jornalero. 46 años.

Pedro Álvarez Latas había nacido en 1890. Era labrador y comerciante en su pueblo. Tierras y casa eran arrendadas al Conde de Sobradiel, como todo el resto de sus convecinos en el municipio. Pedro estaba casado y tenía seis hijos.
Pedro pertenecería a esa clase media rural republicana que apuesta por la modernización social, al grupo de vecinos republicanos que se agruparon en torno a Julián Ezquerra. En su expediente figura su militancia en Izquierda Republicana.
Julián Ezquerra describe en su libro Un ayer que es todavía el relato de su detención. Narra que en la tarde posterior al golpe de estado se oyó un galopador de caballos y aparecieron en la plaza de Sobradiel la guardia civil, fusil en ristre. Se encontraron con calles vacías, puertas y postigos cerrados y no pocas escopetas tras las ventanas siguiendo el caracolear de los caballos.
Sobre las diez de la noche regresaron de nuevo varias parejas de la guardia civil, pero esta vez en camiones, que aparcaron en la plaza. Se dirigieron directamente a la puerta de la casa del alcalde, a la que martillaron con las culatas de sus fusiles, gritando:
- “Señor Alcalde, abra a la Guardia Civil”
La guardia civil le ordenó que él su hijo de trece años los acompañaran a la casas de otros vecinos para que así abrieran las puertas y llevarlos al cuartel “para hacer una declaración”. La compañía del niño serviría para poder garantizar que el alcalde no opondría resistencia.
Llamaron a las puertas de varias casas, de las que afortunadamente habían huido sus moradores. Solo pudieron encontrar al tío Pedro Álvarez y al tío Orencio Barrera. Montaron a los tres en un coche y se los llevaron a un viaje del que no volvieron.
Pedro y los otros dos detenidos estuvieron presos en Zaragoza hasta el 28 de septiembre, en el que participaron de una saca en la que los fusilaron.
Como punto de reflexión quisiera señalar la coincidencia en la represión contra pequeños propietarios de comercios de localidades próximas: dos comerciantes de Sobradiel, Pedro Álvarez y Julián Ezquerra, y otros dos de Camino Real, los hermanos Guerrero. Entre las causas de su asesinato está su innegable republicanismo, pero el entorno familiar en ocasiones señala también a aquellos facciosos que tenían cuentas pendientes con su comercio, como era costumbre en la época, de haber señalado a sus suministradores como víctimas propiciatorias para borrar sus deudas.
Texto: N.M.A.

Fuente: EZQUERRA EZQUERRA, J.(1998) Un ayer que es todavía

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